Vulgaridad

“No existe ningún valor cuando una persona cambia su vida solamente exteriormente pero no en su interior. ¿No sería una tontería intentar remover un borrón solamente de su cara reflejada en el espejo, dejando la verdadera cara sucia? Entonces, por favor, intente ver en este articulo, en primer lugar, las verdaderas causas de las consecuencias, porque solamente después de quitarlas es que el cambio será permanente.”

Un proverbio Eslovaco dice: “El pájaro es conocido por sus plumas; el hombre, por sus palabras.” Es una gran verdad. La palabra humana revela todo sobre una persona: su carácter, su profundidad, su madurez espiritual, sus pensamientos, y por lo tanto también su valor como ser humano. La palabra humana debería ser noble, pura, edificante; debería inspirar respecto, propagar el Bien y pensamientos positivos, y cuando necesario también ser viva, estimulante, capaz de tocar y despertar las profundidades del alma de otras personas.

Pero veamos la palabra del hombre moderno. Está muy lejos de este ideal. Está llena de palabras vulgares, rudas, obscenas, violentas, y con doble sentido. Una pregunta debe ser hecha: ¿Por qué las palabras vulgares están tan difundidas hoy y por qué se tornaron parte del vocabulario popular? Hace pocas décadas atrás, era distinto. La vulgaridad era el discurso de los anti-sociales de la escoria.

Los tiempos modernos, o mejor dicho, los tiempos pervertidos fuerzan una persona a ser tosca, grosera, violenta y cruel. El hombre se acostumbró a aliviar su tensión interior por el stress constante y presiones a través de vulgaridades. Muchos otros son groseros debido al abandono, frustraciones, fracasos, y decepciones. La peor parte es que los adultos no más se avergüenzan de maldecir ante los niños que se creen héroes cuando intentan imitar los “mayores”. Es entristecedor cuando uno oye una charla entre jóvenes modernos, incluso entre mozas. Una persona, quién posea el mínimo de sensatez, prefiere retirarse con congoja. Niños y jóvenes reproducen solamente lo que aprenden en su ambiente. Además de la influencia de los padres y de personas de su convivencia más inmediata, son los medios de comunicación que influencian significativamente la educación de la juventud. Ya se pasó del tiempo de pensar sobre cuál el legado que queremos entregar para las próximas generaciones.

Sin embargo, la razón principal de la utilización de vulgaridad es la erradicación del sentimiento de vergüenza. Con frecuencia, bajo la máscara del progreso – ¡como la retirada de algo inútil que no es más moda en el mundo de hoy e incluso sea perjudicial! Sin embargo, el contrario es verdadero. El sentimiento sano y natural del pudor es la mejor protección contra la regresión espiritual y contra toda la maldad. De esta forma, si queremos retirar las vulgaridades del vocabulario de las personas, deberíamos fijarnos en restaurar el sentimiento natural del pudor.

Este sentimiento de vergüenza se rompe fácilmente, pero es difícil de ser construido, entonces debemos empezar por la educación adecuada de los niños. El sentimiento de pudor impide no solamente el uso de palabras vulgares, pero también impide conducir vidas inmorales, vestirse de forma inmoral, de cometer maldades y otras infamias que degradan el espíritu humano. El sentimiento natural y sano del pudor, y el oír de la voz de su conciencia es la mayor ayuda y protección que cada ser humano puede tener.

Todos deben conocer el proverbio: “Dime lo que lees y te diré quien eres.” ¿Usted ya ha observado lo qué la mayoría de las personas leen? Estadísticas muestran que los diarios y periódicos más populares en Eslovaquia son los tabloides. Aunque las personas no estén de acuerdo con su contenido, siguen comprándolos.

¡Cuando compran tabloides, de hecho las personas lo promueven! Piense bien, pues depende solamente de nosotros mismos si estos tabloides o periódicos seguirán a ser publicados o no. Mucho de ellos se tornaron casi revistas eróticas. ¿Es eso lo que quieres apoyar?

Es la obligación de todo buen hombre ennoblecer y refinar sus palabras y por lo tanto mostrar que existe también un camino distinto que uno puede elegir. Por lo tanto, le animo, si usted todavía tiene en su interior un poco de conocimiento sano, sin más apoyo a lo que no traiga beneficio para nadie, y sea perjudicial. De esta manera no sólo ayudará a curar los medios de comunicación, sino también el espíritu humano.