ARTÍCULOS: PENSAMIENTOS
DineroEl dinero debería reflejar el valor del trabajo (el recurso usado para hacer productos es obtenido gratuitamente de la Madre Naturaleza, ¿no es así?). Lamentablemente, hoy día no es así y las opiniones de que “dinero llama dinero” son en general bien aceptas. Entonces, el dinero se torna la ruina de toda la economía. Todos admiran los hombres de negocio que alcanzan tremendos lucros negociando acciones o comprando y vendiendo bienes, y desean ser también así tan “bien exitosos”. Pero si usted analice más sobriamente el tema, verá que un lucro excesivamente alto es añadido al precio de los productos, los cuales estos impresionantes hombres de negocio roban de otros, mientras aquellos que generan los reales valores van a la falencia y luchan para sobrevivir. Las familias trabajadoras realmente necesitan apretar los cinturones para conseguir pagar los precios cada vez más altos por alquiler, luz, gas, agua, calefacción, seguro salud, alimentos... Estimados señores de negocio: ¿qué negociarán ustedes cuando arruinen aquellos que crean el real valor? ¿Quién producirá los bienes gracias a los cuales ustedes se enriquecen cada vez más cuando, al compartir los recursos, ustedes están olvidando los verdaderos productores y están creando más desempleo con sus políticas? ¿Comerán ustedes dinero, cuando permiten que las cooperativas de productores rurales entren en falencia? ¿Ordeñarán entonces ustedes las acciones o molerán los papeles? Por otro lado, no hay nada de mal en el dinero. Pero cuando él se torna el muelle principal de la actividad humana, entonces lleva a la ruina. El dinero es un objetivo demasiado pequeño para el espíritu humano. Incluso el Primero Mandamiento dice a su respeto: “No deberás tener otros dioses a mi lado. No deberás curvarse ante ellos.” Pero el dinero es el “becerro de oro” de muchos. Aunque muchos piensen que el hombre desee el dinero, no es verdad. En la verdad, él busca el amor, la felicidad, la amistad... no el dinero. Pero quiere alcanzarlo de la forma errada. Cree que si él posee dinero suficiente, entonces será capaz de obtener todo que desee. Pero es solamente uno más entre aquellos que fueron engañados por la propaganda seductora y palabras dulces de políticos que prometen que el dinero les pueda traer todo. Todavía, mucho más felices son aquellas personas que priorizan los valores espirituales al dinero, sean pobres o ricas. Ellas saben que el dinero no comprará nada de verdadero valor, y entonces buscan objetivos más elevados que llenen sus vidas con la verdadera felicidad. |